23 marzo 2010

FITO Y YO










¡Qué peste! Me he sentado en el peor sitio. ¡Menudo tufo a alcohol! Yo con el estómago vacío, un hambre exagerado, y estos vapores… ¡Me voy a emborrachar! Puedo cambiarme de asiento, hay muchos vacíos, pero ¿cómo voy a hacer eso? Se sentirá despreciado, como si fuera un leproso, es un enfermo, tú tampoco eres perfecta, cuando se te mete una idea en la cabeza mírate, te domina, casi, casi te anula, se convierte en una obsesión, por qué no has probado nunca una droga, por miedo a quedarte enganchada, siempre que te han ofrecido, el vértigo a la caída te ha frenado, que si no estarías peor que este, qué cara más hinchada tiene, llena de venas como gusanillos rojos, no me voy a cambiar, estoy tonta, dentro de poco dejaré de olerlo, Fito, cómo me gusta, para-para-para qué quererte tanto… su voz, dicen que es el rockero de los cuarentones y le critican porque hace poesía no comprometida, lo que me faltaba, acaso siempre hay que comprometerse, obligaciones y más obligaciones, sigo oliendo a vino peleón, me voy a marear, encima se pone a toser, qué tos, de fumador empedernido, tísico o qué se yo, tiene unos gargajos dentro, se va ahogar en cualquier momento, se pone más rojo aún, para ya, va a terminar vomitando, lo peor es que estoy enfrente, vamos en su línea de tiro, pero como no me puedo cambiar de sitio para no dañarle, pues aquí aguantando, podría abrir el paraguas disimuladamente, madre mía está hecho un cristo, está muy tirado y solo, quién va a soportar las borracheras, y a mí qué me importa, voy a cerrar los ojos me concentro en la música de Fito y me olvido, nada más bajar del tren se va al bar a pegarse un buen lingotazo, qué peste, que se baje ya en la siguiente parada, y a la próxima vez fíjate dónde te colocas, porque me pasa cada cosa en los trenes, joder, una vez, un chico que iba a mi lado se quedó dormido y terminó apoyando su cabeza en mi hombro y yo como una gilipollas sin moverme para no molestarle y facilitarle el sueño, no me atrevía ni a pasar la página del libro, le podía haber dicho, oye, si te da igual, apóyate en la ventanilla, pero no me atreví, mi huesudo hombro haciendo de almohada, cuando se despertó, ni se cortó, como si fuera normal quedarse encima del compañero de viaje, este olor a vino Don Simón me va a matar, el bello durmiente por lo menos no olía a alcohol, voy a vomitar en cualquier momento, Fito, qué feo más atractivo, me encanta, con esa visera a cuadros, su cara chupada, sin mofletes, la nariz ganchuda, dientes caprichosos antitelevisivos, aire bohemio, de vuelta de todo, esa voz tan cálida, y además es sordo de un pie, qué maravilla de músico y poeta, sus amores siempre acaban mal, tengo que ir a algún concierto de el, así la música más alta, Fito cantando a mi oído a todo volumen, con los ojos cerrados, este hombre ahí sigue, qué pena, seguro que está muy solo y no le queda otra compensación que el alcohol, tiene la mirada triste, los ojos inyectados en sangre, reprímete, empiezas mal, te da pena y te lo llevas a comer y no, en bastantes líos estás metida para que encima pretendas redimir a este pobre, que de antemano sabes de la inutilidad de la batalla, en la cara lleva la fidelidad al alcohol, la única, oye que es mayorcito y él sabrá, al llegar a casa me voy a preparar una tortilla de patata o de espárragos, miraré cuándo es el próximo concierto de Fito, reservaré entradas y deja ya de escuchar la misma canción una y otra vez.

Mertxe

6 comentarios:

  1. Un relato muy cercano a la vida real. Unos disfrutan la vida en la música retorcida y perdedora, otros en la bebida. Los caminos son tortuosos. ¿Cuál será el bueno? ¿Importa?

    ResponderEliminar
  2. Como la vida misma. ¿Quien sabe que día te va a tocar una de estas situaciones? En cualquier momento. Convertirlo en historia es lo complicado.
    Muy bueno el hilo conductor de Fito.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Julio. Anónimo, claro que importa, según qué camino se tome las consecuencias serán diferentes. ¿El bueno? ¡Quién lo sabe!
    Mertxe

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado el relato. ¡Qué ritmo tiene! Me gusta mucho ese diálogo con uno mismo, esa conversación entre una parte y otra de uno mismo. Estoy de acuerdo con Julio, el recurso de Fito es genial. Un bis por el relato. Y como dicen en los conciertos... Beste bat, besssteeeeee battttt...
    Por cierto, hay concierto de Fito y la Cabra Mecánica el sábado a las 21:00 en Irún. ;)

    ResponderEliminar
  5. Muy bueno, es genial la sensacion de ir escuchando la voz interior de una persona, como metidos en su cabeza. Y estoy de acuerdo con mis compañeros, el recurso de fito, genial!

    ResponderEliminar
  6. Gracias por los comentarios. Por cierto, estuve viendo a Fito. ¡Ese sí que es genial! Mertxe

    ResponderEliminar