04 marzo 2010

Las cifras mágicas
















No era matemático. Ni siquiera cursó la asignatura en el instituto y prefirió las letras.
Sin embargo, en algún momento de su tercera década los números empezaron a interesarle. Al principio de forma inconsciente, sorprendiéndose de vez en cuando mientras sumaba las cifras de alguna matrícula. Después de forma cada vez más patente, buscando series lógicas en los números de sus tarjetas o acabando todos los sudokus del periódico del bar.
Empezó a leer todo lo que encontraba sobre teoría de números: números imaginarios, números irracionales, números primos, números, números, números.
Y el mundo fue desdibujándose y reconvirtiéndose en cifras, longitudes, pesos, alturas…
Y fue así hasta que se encontró con un número especial. Un número que en realidad eran tres: 94, 60 y 90. Estos tres números siempre iban juntos y de vez en cuando la chica que iba con ellos hablaba y le decía cosas.
Hasta que un día, de repente, los tres números se acercaron mucho, y la chica también. Estaban tan cerca que la distancia que los separaba se acercaba peligrosamente a cero. Él buscaba rápidamente en su cabeza una operación que pusiera las cifras en su sitio, pero su cabeza no respondía, y los labios de la chica se obstinaban contra los suyos buscando formar un conjunto único.
Cada nuevo embate añadía una nueva incógnita a la ecuación y viéndose totalmente incapaz de resolverla, cerró los ojos y se dejó hacer.
No encontraba números para medir la intensidad de aquello. Añadía y añadía cifras, pero no conseguía llegar a nada que se le acercara siquiera. Y cuando después de un rato abrió los ojos, ya no había cifras ni tallas, ahora había colores y sonidos, olores y texturas, y un rostro redondo que le miraba. Y mientras aquellos ojos jugaban con él y le confundían, le vino a la cabeza un recuerdo lejano de algo llamado amor.

Julio

3 comentarios:

  1. Difícil pero logrado y muy ingenioso; pero a mí siempre me ha gustado más la geometría que la aritmética, las líneas, las superficies y el volumen, ¡ah, el volumen...!

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  2. Cifras mágicas y mágico relato. Mertxe

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  3. Muy bueno, me encanta la sensacion de como la realidad se desdibuja en un sinfin de numeros con significado secreto. Muy bueno.

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